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Daniela Alemán: "La maternidad me dio más fuerza"

Es cuencana, tiene 29 años y es el referente del motociclismo femenino en el país. Dice que le gustaría que hubiera más chicas en las carreras y que le encanta correr cuando hay mucha competitividad en la pista. Solo por su hijo pensaría en dejar el motocross… pero cuando él empiece a correr.


Motos, autos a control remoto, patinetas. Esos eran los juguetes de Daniela Alemán en su infancia. Nunca le gustaron las muñecas ni los maquillajes. Y eso explica el por qué, ahora, a sus 29 años, puede lucir con orgullo los títulos de campeona nacional de motocross en los años 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2020.


Ocho coronas que la han constituido en la referencia femenina de este deporte. Y en su provincia, Azuay, las cifras son similares… solo habría que restarle una, la del 2017 ó 2018, no lo recuerda con claridad, en la que un viaje a los Estados Unidos le impidió participar en una carrera y esos puntos perdidos le quitaron la opción de ganar el provincial de ese año.


En la lista queda también un pequeño “hueco” en la temporada 2019. Año en el que empezó el mejor y más complejo campeonato de su vida: la maternidad. Ahora dice que su “Juanfer”, de apenas un año y dos meses, sería el único motivo por el que pensaría en dejar de competir.


Daniela recuerda que su primera moto fue una Yamaha 125. Tenía 11 años cuando su padre, Fernando Alemán, de los motociclistas de siempre y también dueño de algunos títulos de campeón, se animó a comprársela. “Al principio sí me daba un poco de miedo, pero después me encantó”.


¿Fue difícil convencer a Fernando para que le comprara la moto? Sin dudarlo, ella dice que “realmente él fue el de la idea. Me llevó a Yamaha y me dijo: ¿te gusta esta moto?”. Y así empezó todo. Poco tiempo después ya estaba en la pista con su primer entrenador: Felipe Merchán. Y a los 14 años empezó a competir. “Había pocas mujeres en el motocross de esa época, me tocaba correr en la categoría 65 cc y contra hombres”.


¿Qué recuerdas de esos primeros pasos en las carreras?

La verdad a mi nunca me importó, pero sí tuve algunos problemas porque a los papás de los niños contra los que competía no les gustaba que yo les gane a los hijos. Ellos se molestaban con sus hijos. Les decían: ”si ves… te vamos a meter en Las Catalinas, te gana la Dani”. No les gustaba para nada.


¿Eso te generó algún malestar?

Nunca me importó oír eso. Mi mamá sí se enojaba. A ella no le gustaba, pero a mi no me generó ningún conflicto. Como era guagua no le prestaba mucha atención a eso. Pero pienso que para los niños sí fue feo.


Después de esto… ¿todo fue normal?

Más o menos. Corrí hasta los 15 años y por diversas razones dejé las motos hasta los 18 años. Volví con fuerza al motocross y al llegar a la pista de Cuenca me sorprendí de ver tantas mujeres en las carreras. Llegar y entrar a una grilla con 12 chicas era muy diferente.

Encontrarme nuevamente con Yesenia Cuesta, que empezó a correr un año después de de que lo hiciera yo fue muy bonito.


¡Y desde ahí has dominado el motocross femenino en Ecuador!

Sí, pero cuando en el 2020 volví tras mi embarazo tuve bastante competencia con Yesenia Cuesta. Estuvieron super chéveres los enfrentamientos. Es mucho más entretenido tener una competencia fuerte con mis rivales. Yo sentí que fue un logro más chévere .

Y veo que las chicas están mejorando. Ahora hay varias pequeñas en 85 cc y que andan super bien. Ellas van a ser las grandes deportistas del futuro. Se ve que van por buen nivel.


Daniela hace una pausa. Hay unos segundos de silencio en nuestro diálogo. Y dice que recordó otro momento no muy agradable en su ya largo recorrido en las pistas ecuatorianas. “Sí. Fue una ocasión cuando quise competir en la categoría C de varones”. Ella se estaba preparando para representar a Ecuador, en el 2013, en un Campeonato Latinoamericano femenino en México y para mejorar su nivel buscó esa oportunidad. “Y cuando me iba a inscribir todos los chicos se quejaron”. Le dijeron a Edgar Benenalua: “Si ella corre no corremos nosotros”. Ella pidió correr sin puntos. Y tampoco les gustó.


¿Y qué hiciste en esa situación?

Preferí inscribirme en la B y quedé penúltima. Mi nivel no era de la B sino de la C de los hombres.


¿Qué sentiste en esa situación?

Si me dio iras porque qué tenía de malo que yo les ganara. Si daba mal genio. Después no volví a competir en la C y ya no tuve más problemas. Incluso hubo carrera en la C en que yo largué primera en la primera manga y creo que se pusieron de acuerdo entre algunos y me chocaron en la segunda. Me hicieron un embudo. No me caí pero se notó que fue con otra intención.


¿Qué pasó después de eso?

Seguí corriendo en la B. Me empezó a ir mucho mejor, en el 2017 ya quedaba por la mitad de la clasificación. Ahí sin problemas, aunque supongo que tampoco les gustaba a los que les ganaba aunque tampoco quedaba entre los primeros lugares.


La múltiple campeona nacional de motocross cuenta, incluso, que “hay gente que le pregunta a mi esposo: ¿te gana la Dani? Y él dice sí. Obvio, me gana, como no me va a ganar”. Dice que le preguntan si eso le molesta o le hace sentir mal. Y él dice “para nada, como me va a molestar”. Javier Cueva, su esposo, corre ocasionalmente. Estuvo en la única válida del provincial 2020, en la categoría C. Además, “entrena y me acompaña”.


¿Y con él has tenido alguna vez inconvenientes por las motos?

Jamás. Él siempre me ha apoyado. Incluso, estando embarazada él sabía que me moría de ganas de ir a ver las carreras. Los primeros tres meses de mi embarazo tuve un reposo absoluto porque competí el Latino sin saber que estaba embarazada.

Él me llevó a la pista porque sabe que es mi pasión. Siempre me ha apoyado, nos hacemos ocho para viajar a los nacionales porque ahora con el bebé no es tan fácil.


Con el embarazo, ¿pensaste que tenías que dejar definitivamente de correr?

Sí se me pasó un par de veces por la mente. El embarazo está lleno de emociones y cambios. Pensaba ¿y si me toca dejar las motos? Pero ese año mi papá entró al team Suzuki y yo lo único quería era poder manejar la Suzuki porque él ya me había comprado la moto en febrero del 2020. El mismo mes en que di a luz.

Lo único que quería era que pasaran los 40 días para subirme a la moto y darme unas vueltas. Entonces me dije: no, no, esto no voy a poder dejar nunca.


¿Cómo comparten ahora, con el bebé, el tiempo en familia?

Entreno los fines de semana, que son los días que uno pasa en familia. Si mi esposo no me apoyara y le dijera me voy a la pista tendríamos problemas. Como a él también le gusta ya ni siquiera pensamos en otro plan sino que es fijo que vamos a entrenar .

Su apoyo es súper importante. Incluso con el bebé porque hay veces que no hay quién nos ayude a cuidarle y como él también entrena nos turnamos. Mientras él entrena yo le cuido y mientras yo entreno él le cuida.


¿Tu maternidad cambió tu forma de vivir y sentir el motociclismo?

Es un cambio de 360 grados. Pero siento que me dio más fuerza. No se por qué, pero siento que estoy andando mejor desde que soy mamá. Cualquiera pensaría que da más miedo porque mi bebe me espera. Y sí, sí me da más miedo, pero siento que ahora puedo hacer más cosas que antes no podía así que tengo más confianza y control sobre la moto.

Sin embargo, ahora tengo que organizar quién se queda con el bebé, su comida… La vida totalmente y eso si genera presión porque mientras estoy en la pista estoy pensando en el bebé.


Ahora que volviste a la actividad.. ¿Cuáles son tus perspectivas a futuro?

No he pensado en un futuro muy lejano, pero el 2021 si competiré en todo el Nacional. El 2022 también quiero hacerlo aunque nadie sabe lo que pueda pasar.

No he pensado tampoco tener otro bebé en un futuro cercano. Entonces, mientras no sea así creo que seguiré compitiendo. Pero lo que sí he dicho es que “el rato que mi guagua empiece a correr, si le llegan a gustar las motos, ahí sí yo las dejaría para dedicarme a él.


¿Una decisión difícil?

Es lo que digo en este momento. Antes también decía que cuando tenga guaguas voy a dejar la moto… Y no lo hago. Entonces: puede ser cómo puede no ser.


Analicemos la situación del motocross femenino en el país.

El 2012 ó 2013 creo que fue uno de los años en que más chicas hubo en las grillas. Inclusive se hizo el Latino de mujeres en Guayaquil, creo que fuimos 25 chicas y la mayoría de Ecuador. Todo ese año, en el Nacional fuimos muchas chicas.

Y claro, después hubo unos años que corríamos 3 ó 4 chicas en la grilla de los Nacionales. Ahora, desde hace unos dos o tres años, he vuelto a ver que hay más chicas compitiendo.


¿Por qué crees que se da esto?

Por el tema de ser mujeres. Muchas de ellas se embarazaron. Cuando yo me embaracé también lo hicieron algunas chicas que compiten y no todas tienen la suerte de volver a correr. No es fácil volver a correr. Un hijo es un gasto y es complicado dejarlo para ir a la pista.


¿Qué se puede hacer para fomentar el motocross entre las chicas?

En la primera carrera del Nacional de este año, en Salcedo, vi muchas chicas. No en la cantidad de los niños, pero inclusive en las PW ó 65 cc hay dos o tres niñas corriendo y eso ya es un logro.

Creo que la mentalidad de muchos padres puede ser un problema, porque quieren que su hija haga ballet o cosas así. Pero ahora nuestras generaciones tienen la mente un poco más abierta y pensamos diferente… veo que hay más apertura para que las niñas entren a este deporte.


¿Qué puede o debe hacer la dirigencia para fomentar el motocross femenino?

Yo creo que apoyar un poco más. El problema es que para ellos, la categoría de mujeres es como una categoría de relleno.

La FEM debería darle más importancia. Ahora, por ejemplo, y eso fue súper chévere, en Salcedo, pudimos correr el domingo con las principales categorías del Campeonato Nacional. Esta vez nos dieron la importancia que queremos.


¿Empieza a cambiar la situación para el motocross femenino?

Parece que sí. Este año las marcas ya empezaron a buscar una chica en los equipos. A mi me llamaron de KTM y de Honda. Pero yo estoy muy contenta en Suzuki y les agradezco un montón. Me han dado un auspicio increíble. Pero ya hay esa búsqueda de mujeres para los equipos oficiales.


¿Qué más se puede hacer?

Creo que hay que empezar por la familia. Hablar con los papás para que apoyen a sus hijas. Que no tengan miedo. Tal vez hacer campañas para demostrar que las chicas podemos estar en este deporte.

Tenemos el grupo MX Girls Ecuador. En él estamos todas las chicas que corremos y tratamos de incluir a las chicas que quieren empezar. Les apoyamos, les decimos que cualquier cosa que necesiten nos pregunte, qué les vamos a apoyar en lo que sea. Eso les anima un poco más.

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