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"¡El Epic Adventure Book estuvo de locos!" - Sata Gavilanes

Motociclismo.ec conversó con Ángel “Sata” Gavilánez, piloto capitalino que participó en el reto “Top Gun”, recorriendo 500 km el sábado y 700 km el domingo. Él fue uno de los principales pilotos en la navegación con “road book” al llegar segundo al Coliseo Mayor de Cuenca, el punto de concentración de este evento.


¿Qué tal tu experiencia en este evento?

Fue el mejor Andes que he vivido. La navegación fue espectacular... nosotros justo dimos un curso de navegación con “road book” para mejorar los conocimientos de los pilotos. Muchos tenían cero nivel en este tema, incluido yo.

Yo soy aficionado del rally y como piloto también tengo el sueño de participar en el Dakar o algún rally de regularidad. Me gusta mucho el “off road'', la competencia. Me llama mucho la atención el tema de la navegación.


¿Qué es lo más destacable de este “Epic Adventure Book”?

Esta edición del Andes me sirvió bastante para probarme como piloto en el tema de la navegación como tal. Y como fue un 70% de “off road” en el primer día, estuvo increíble. Yo la pasé genial. Lástima que la moto en la que fui no me ayudó, necesitaba una más ligera o con mejor suspensión. En la V-Strom estuvo bastante pesado por la dimensión y el peso de la moto, fue difícil ir un poco más rápido y fluido.


¿Qué es lo más difícil al participar en un evento de estos?

La concentración. Hay que estar pendiente de la navegación, del tipo de terreno por el que pasamos, los precipicios… ¡Estuvo de locos! Y además hay que estar concentrado en los paisajes, a veces toca ir más despacio para ver los paisajes que fueron increíbles.


Aunque no es una competencia… ¿a quien destacarías de entre los pilotos?

Quise hacer el mejor tiempo para probarme como piloto pero me ganó Pedro Moscoso. Realmente trataba de ir a su ritmo y no podía, la moto no me daba más. Y así fuera con una moto más liviana igual me hubiese ganado porque es otro nivel de pilotaje.


¿Qué tan difícil fue esta experiencia con la navegación?

La ruta estuvo muy bien trazada. Tanto que la navegación fue bastante precisa y fácil. Muy intuitiva. En el “road book” no hubo grados ni nada complicado, solamente seguir señales que estaban en la distancia exacta que decían. Todo fue muy amigable para alguien que no tenía idea de cómo navegar.


¿Y el recorrido? ¿Demasiado destapado y poco asfalto?

No se si difiero con algún otro piloto pero, por mi estilo de manejo, el que haya sido más “off road” me gustó muchísimo. Tal vez si hubiese sido por más carretera no me hubiese llamado la atención… Lo que me lleva al segundo día, fue más carretera con puntos que el GPS te hacía llegar siguiendo su línea. Me gusta la carretera sí pero 700 km si fueron demasiados.


Según los organizadores, los participantes también iban a disfrutar de los paisajes.

Como soy de Quito, el tema de conocer nuevos lugares fue increíble. Yo no conocía Zaruma, por ejemplo. Me encantó el pueblo. Pintoresco super chévere. Un pueblito encima de una montaña. Fue bastante loco llegar a ese lugar.

Me impactó bastante todo el tramo de Balsas, entre las montañas. Y de ahí nos llevaron a un punto perdido, bien rebuscado, a una playa en un río que no me acuerdo el nombre. ¡Qué bestia! bien rebuscado ese punto.

Además, en cada punto de control teníamos un recibimiento súper chévere de la alcaldía o de los pobladores.


¿Estás contento con el recorrido?

Creo que esta vez botaron la casa por la ventana los chicos del Andes. Estoy muy feliz, para mi, que soy un piloto un poco más de tierra o lodo, hacer carretera o lastre siempre es bueno.

Al segundo día ya no fui en un modo competencia, más bien fui en modo paseo. Me pude acoplar a otro ritmo de manejo con los amigos a los que, en ese momento, me pegué: el grupo de Touratech con el que fui a Cuenca, otros amigos del Dual de Quito... hicimos un grupo súper chévere. Incluso nos acompañó Victor Laso, de Guayaquil, los primeros kilómetros aunque su radiador dijo ya no más, se rompió y se quedó el Balsas.


¿La idea también es disfrutar del camino y sus lugares?

Claro. Completamos la ruta casi a las nueve de la noche, casi al límite, porque íbamos parando, conociendo, comiendo cualquier cosita. Estuvo largo, no te miento, bastante pesado hacer un día 500 y otro 700 km por carretera, pero créeme que todos volvimos con una sonrisa de oreja a oreja.


¿Qué se podría mejorar en un evento como el “Epic Adventure Book”?

No sabría decirte qué me hubiera gustado que mejoren. Realmente estuvo para todos los gustos. La gente se sintió súper identificada con los puntos a los que llegábamos. Me enganchó bastante. Yo creo que si hacen otro evento de ley voy a participar. Aunque vi que ya sacaron un nuevo Andes para noviembre... entonces ahí vamos a estar.

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