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El lado humano del Dakar… anécdotas de un padre y su hijo

Hechos, historias, anécdotas… todo hace parte del Rally Dakar más allá de los resultados. Y el equipo formado por Juan Carlos y Juan José Puga, con su proyecto “Dakar 2022 Father & Son”, también vivió mucho de esta segunda cara de la moneda que representa la carrera más dura y complicada del mundo… Es más, en palabras del primero de ellos, cuando empezaron a vivir el lado humano de esta competencia es cuando más lo disfrutaron.



En esta segunda entrega, de la entrevista exclusiva lograda por Motociclismo.ec, conoceremos algunos de esos momentos que llenan el espíritu de los pilotos más que las vitrinas de trofeos o medallas. En una conversación, que por momentos volvió a quebrar su voz, Juan Carlos Puga nos cuenta que el Dakar “es mucho más fuerte y exigente de lo que uno puede imaginar. Y muchísimo más emocional, en lo positivo y negativo”.


Una caída… el momento más dramático del Dakar


Nosotros siempre dijimos que nuestra historia, más allá de la parte deportiva, unirá a la gente por el hecho de que somos padre e hijo. Y eso se vio en el momento más duro que vivimos en el Dakar. Ver caerse a Juan José y llegar corriendo para saber qué le pasó fue un momento en el que prácticamente se me paralizó el corazón. Cuando vi que estaba luxado el hombro mi principal preocupación era asegurarme que solo fuera eso y que no tuviera algo más.


“No pa.. tranquilo. Arregla la moto”, me dijo. Y lo que más me impactó fue su desesperación por seguir ya que él pensaba que se acababa el proyecto “Dakar 2022 Father & Son” apenas en el tercer día. Pero cuando nos dimos cuenta de que no podíamos arreglar la moto y tampoco colocarle el hombro en el puesto, después de intentarlo tres veces, con el dolor del alma se le salieron las lágrimas.


Entonces le dije: “ya vamos prácticamente por la cuarta etapa del Dakar y para mi esto ya es un éxito y he cumplido lo que soñé. Ya pude estar en un Dakar, no necesito más. Así que tranquilo, llamemos al helicóptero y nos vamos. No pasa nada”. Y él me decía: “No papá. Tenemos que arreglar esto”.


Una foto que resume todo…


Cuando confirmamos que ya no podíamos hacer nada para seguir en carrera, llegó nuestro amigo colombiano Nicolás Robledo y nos calmó. Él fue un angelito porque nosotros estábamos desesperados. Nos dijo: “Chicos esto no se acaba. Juan José, la moto de su papá está bien y puede seguir”. Y nos hizo ver la opción de que yo siguiera en carrera. “Usted mañana reengancha y pueden seguir juntos”, nos dijo dándonos mucha motivación.

Entonces llamamos al helicóptero. Yo ya estaba tranquilo pero el rato en que Juan José se iba yo sabía lo que él estaba sintiendo. Y hasta ahora se me quiebra la voz un poco. Era mucho más allá de la preocupación por su salud. Mi preocupación era que mi hijo estaba preocupado porque creía que se acababa el proyecto, porque su padre se quedaba solo en medio de la nada. Se sentía impotente…!!


Cuando él se fue yo me quedé viendo al helicóptero. No sabía que Nicolás Robledo me había tomado la foto. Gracias a Dios el Dakar te dice “esto ya pasó. Vamos caminando que esto no se acaba aquí”. El Dakar te enseña a ser fuerte, aquí te curas mientras caminas… no tienes otra opción. Efectivamente, cuando terminé el Dakar estaba curado de tres heridas que tenía. Juan José de su hombro… aunque tiene que operarse en febrero.


No se si es el valor que te saca el Dakar o el tema de que cuesta tanto llegar a esta competencia, que se vuelve algo que tienes que terminar sea como sea.


Nunca me arrepentí de ir al Dakar


Nunca. Yo vivía el minuto a minuto de un sueño mío de toda la vida. Realmente llegaba muy cansado y estropeado, sin fuerzas y con las manos adoloridas. Pero ahí entraba en juego la parte mental, me preguntaba ¿cuántos kilómetros faltan? Sesenta, me contestaba. ¡Entonces vamos que ya llegamos! Me animaba. Si me faltaban 200 km… “Ya estamos en la mitad”, me respondía. Si de algo me di cuenta es que soy muy fuerte mentalmente. Yo puedo estar doblado, pero al otro día nos vamos. Si después duele, ya que churos. Nunca me arrepentí de haber estado ahí.


Lo que sí no lo vuelvo a hacer es limitarle a Juan José. Yo creo que por cumplir mi sueño definitivamente no puedo limitar la carrera deportiva de Juan José. Él lo hizo por mi. Obviamente que vendimos un proyecto, obviamente que él se sacrificó como yo me sacrifique por él tantos años en el motocross cuando él era chiquitito.


Pero como padre no quiero volver a limitarle; si me pongo un nuevo reto, lo que quiero es hacerlo solo, sin que nadie se sacrifique por mi.


¿El Dakar fue lo que te imaginabas?


Mucho más fuerte. Mucho más exigente. Y muchísimo más emocional en lo positivo y negativo. El día 6 ó 7 íbamos con unos amigos de Alemania, que eran dos hermanos. Yo estaba adelante porque se veían las huellas, el camino estaba abierto y bonito. Y el rato que entro a una curva tenía al helicóptero de lado filmándome y yo solo me puse a pensar ¿cómo es que estoy aquí? Se me salían las lágrimas y se me empañaron los googles. Era la emoción de estar viviendo un sueño hecho realidad… Me sentía el Kevin Benavidez de ese momento, me sentía un Pro, el hombre más especial de la vida durante pocos segundos.

Eso me da una noción de que todo lo que hice y trabajé, todo lo que sufrí, valió la pena por ese par de segundos en mi moto. Además, ahora la relación con Juan José es mucho más estrecha, somos mucho más cómplices en algunas cosas. Y eso es bueno por la experiencia que vivimos. Pero también con mi hijo Carlos que nos ayudó con toda la logística… No te imaginas lo mal que durmió durante ocho días, el frío que pasó, cómo tuvo que andar en el vehículo que rentamos, la cantidad de multas que nos metieron. Es impresionante lo que hizo porque su papá acabara la carrera.


Entonces el orgullo que yo siento es porque tengo dos hijos que harían lo que sea por mi.

Y yo haría lo que sea por ellos. Veo que los he criado bien. Todo esto hace que el Dakar haya sido mucho más de lo que pensaba que sería; y, si algún día lo vuelvo a hacer lo haría mucho más como una aventura que como una carrera.


Nunca he visto llorar ni lloré tanto por una pasión


En el Dakar lloras desde que llegas. Lo haces porque te emocionas cuando te das cuenta que estás dentro de la carrera. De la preocupación por dar negativo para el Covid. Porque te asustas cuando la moto no prende una mañana. Porque tu hijo te abraza. Cuando a un tipo de 50 años se le daña la moto. Porque se cae mi hijo y él llora y yo lloro. Porque se me cruza el helicóptero lloro de emoción. Lloro con mis hijos cuando terminamos la carrera…


Gracias a Dios en el podio no lloré y entré feliz porque ya había llorado un poco antes con mis dos hijos. Así como uno llora, ves llorar a todo el mundo. Mientras llorábamos con mis hijos al terminar la carrera, una señora francesa, que es la que nos hacía subir al podio, también lloraba al vernos llorar a nosotros. Es una emotividad gigante alrededor del Dakar.


El proyecto “Father & Son” entre los Héroes del Dakar


Antes de llegar a Arabia Saudita, Juan José le vendió a la organización del Dakar que la historia del “Dakar 2022 Father & Son” iba a ser emotiva. Y que tenía que estar en los Héroes del Dakar. Y fue increíble que nos hayan incluido. Lastimosamente nosotros, en Ecuador, no tenemos un canal afiliado al Dakar pero muchos países lo tienen y nos vieron en esta historia. Tengo un cuñado que vive en Noruega y me llamó a contar que salíamos a cada rato en el programa del Dakar.


Juan José vendió esta idea y cuando llegamos a Arabia Saudita peleó porque tenía que salir. Allá se da un poco eso de que primero son los franceses, luego los franceses, después los franceses y luego los españoles… y al final el resto del mundo. Nos pidieron todos los videos que Juan José había filmado con la GoPro y nos van a incluir en todos los capítulos. Estamos esperando que algún momento nos envíen los videos.



¿Repetirías el Dakar?


Sí. Te soy honesto, sí lo haría pero tendría que buscar una historia. Me gustaría hacerlo en prototipos ligeros con mi otro hijo o con algún amigo. El Dakar tiene muchas experiencias. Entonces ya no con Juan José. Tendría que buscar algo que me llene para volver a trabajar un año entero. Hoy por hoy no porque quiero descansar y dedicarle a mi familia un poco más del tiempo que perdimos el año pasado. Igual a mis empresas.


Quiero darles un tiempito de tranquilidad a mi cuerpo y a mi mente. Creo que lo merezco. Pero si quiero ir nuevamente al Dakar. También me gustaría ser “manager” de un equipo que participe en el Dakar. Con todo lo que hemos vivido, en el 2019 con Juan José y este 2022 con los dos, he visto que los equipos no lo hacen tan bien como un piloto quisiera, no se entregan como debería. A todo equipo le falta algo. Y creo que le falta que el mánager sea un dakariano y que sea alguien que le gusta que le “mimen”.




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