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La motovelocidad espera de mejores días

Las restricciones por la pandemia no son los únicos limitantes que tiene esta modalidad. La falta de seguridad en el único escenario apto para recibir motos de alta cilindrada en el Ecuador, Yahuarcoha, frenaron de golpe las competencias. Mientras tanto, los campeonatos de baja y media cilindrada se presentan como la opción más viable, cuando las condiciones del país lo permitan, para reactivar a la reina del motociclismo.



No es la primera vez y, lamentablemente, podría no ser la última ocasión en que el motociclismo de velocidad atraviese una crisis organizativa en el Ecuador. Y no nos referimos necesariamente a todas las dificultades que genera la actual situación de emergencia sanitaria a nivel mundial por la pandemia del Covid-19.


La modalidad “reina” de este deporte tiene varias afecciones graves desde hace algunos años. Y la “medicina” aplicada no ha pasado de ser un paliativo que, con el paso del tiempo, deja de surtir efecto y el paciente entra otra vez en crisis.


Hay que reconocer que el escenario donde años atrás se desarrollaban los Campeonatos Nacionales, sobre todo en las categorías de alto cilindraje, el Autódromo Internacional de Yahuarcocha, carece de las seguridades suficientes para evitar que se vuelvan a suscitar los graves accidentes que, en su momento, frenaron la actividad del motociclismo de velocidad.


Pero también hay que reconocer que existen opciones, que ya se han dado y necesitan un nuevo empuje, en las categorías de mediana y baja cilindrada. Iniciativas como el Trofeo Scooters Ecuador, realizado desde el 2017 hasta el 2019; la Copa Prime, en los años 2018 y 2019; el Campeonato de Motociclismo GP3 en 2019; y, la Gran Valida Nacional de Motovelocidad, en diciembre de 2020; solventaron de alguna manera la falta de certámenes oficiales en las categorías 600 cc Supersport y 1000 cc Superbike, que son realmente el “plato fuerte” de esta disciplina.


Santiago Andrade, miembro de la Comisión de Velocidad de la Federación Ecuatoriana de Motociclismo (FEM) reconoce que “ahorita estamos parados. Es momento de quedarse en casa y cuidarnos” debido a las restricciones impuestas por la autoridades de los Comités de Operaciones Especiales (COE).


Pero también señala que “la idea es reactivar la actividad, si las canciones nos permiten. Queremos hacer este año cuatro válidas, en varios escenarios a nivel nacional, pero solo en las categorías de mediana y baja cilindrada”.


Similar situación es la que pasan por el momento la Asociación de Motociclismo de Pichincha (AMP) y la organización del Trofeo Scooters Ecuador que han unido esfuerzos para crear por primera ocasión un campeonato provincial de motovelocidad. Siempre pensando en las categorías de baja y mediana cilindrada, porque la opción de escenario para que un evento así sea un verdadero espectáculo tiene que ser un kartódromo, en este caso el “Dos Hemisferios” de la Mitad del Mundo”.


Marco Velásquez, presidente de la AMP, señala que “tenemos la firme intención de crear este campeonato. Estamos conversando con empresas interesadas en apoyarnos y, obviamente con el Quito Karting Club (QKC), propietario del escenario, para empezar la actividad apenas tengamos las condiciones de sanidad adecuadas y, sobre todo, las autorizaciones respectivas).

Por su parte, Édison Guzmán, piloto de estas categorías, que ha corrido la Copa Prime y el Trofeo Scooters Ecuador, pero también apasionado por las motos de alta cilindrada, señala que, efectivamente, las motos de bajo cilindraje “suplen las carreras de alta cilindrada. Son muy divertidas y creo que son el primer paso por el que cualquier piloto debería empezar. En la baja cilindrada se aprende mucha técnica y es muy divertido”.


Pero también señala que “yo nunca he corrido en categorías altas de moto velocidad. Pero quiero hacerlo porque es un deporte que me apasiona. Es muy frustrante, porque desde el 2012 no se realizan campeonatos de alta cilindrada en el país. Solo tenemos la posibilidad, ocasional, de entrenar en los track days que se realizaban en Yahuarcocha”.


“Cómo aficionado y posible competidor veo que tenemos muchas trabas para poder entrenar y así es muy difícil mantener el nivel”, añade Guzmán. Y dice que “ahora existen muchos aficionados que desean competir”.


Sin embargo, el panorama para la alta cilindrada no se ve muy alentador. Desde la Comisión de Velocidad de la FEM, Andrade dice que ve “muy improbable” la reactivación en un corto plazo. “No hay cambios en la pista de parte de los encargados. Para poder avalar la pista de Yahuarcocha debe haber muchos cambios” que vayan en beneficio de la seguridad. “Esa es una opción, pero la veo bastante lejana”


César Augusto Villamagua, piloto activo en la baja y alta cilindrada, es un poco más optimista. Y basa sus criterios en la preparación de los pilotos: “yo veo que, pese a que no hay carreras en alta cilindrada, los pilotos hemos mejorado bastante. Ha salido una camada de 30 a 40 pilotos nuevos que están practicando en motos de alta cilindrada, desde los 600 cc. Veo que gracias a los track days o días de entrenamientos, que por ahora también están parados, han mejorado su técnica, que se traduce en seguridad, son más rápidos, con una excelente performance dentro de la pista”.


Insiste en que esto es gracias “al trabajo que se ha hecho en los últimos cinco años con varias academias o escuelas que se han abierto y donde los pilotos han aprendido mucho sobre la técnica de conducción. Me refiero a la posición del cuerpo en la moto, saben sobre suspensiones, llantas, manejar presiones de neumáticos, tipos de desgaste, saber hacia dónde debe ir la vista del piloto en una curva, cómo tomar una trazada correctamente pasando por el “hitting the apex”.


Y esto lo confirma Guzmán al decir que “en la pandemia, cuando las condiciones se daban, se organizaron varios track days de alta cilindrada y la acogida fue mayor que un campeonato. Se tenía 40 pilotos en grilla”. Pero también pone los pies en tierra y dice que “creo que nadie quiere arriesgar a un campeonato de alta cilindrada”.


Con su optimismo y basándose en los números que salen de los track days, como única opción para que las motos de 600 y 1000 cc tengan actividad, Villamagua insiste que en uno de ellos “los 15 primeros pilotos estaban dentro de apenas tres segundos de diferencia, es decir no había demasiada ventaja de los más rápidos. Eso quiere decir que es una generación más pareja en nivel técnico, como lo demuestran los tiempos, y no hay diferencias demasiado grandes”. Destaca, inclusive, que pilotos de la “vieja guardia” de la velocidad, como Bernardo Roldán y Rubén Darío Fonseca, se han unido a los entrenamientos para apoyar, enseñar y dar ejemplo a los pilotos.


Planteada así la situación, la opción más viable y cercana, por el momento se presenta con las competencias de baja cilindrada. Santiago Andrade certifica que desde la FEM “queremos explotarla con mucho interés, porque hay un proyecto de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) que es formar un semillero en motovelocidad también con la inclusión femenina. Esos son los enfoques para este año. Apenas haya como, vamos a tratar de inculcar y promover el motociclismo y dar becas a las chicas que quieran participar”.


Por su parte, Guzmán, que además es parte de los Crazy Monkeys Ec, uno de los grupos más representativos de pilotos que utilizan motos deportivas en la capital de la República, es enfático y no duda al decir que “si se abre un campeonato, ya sea la Copa Prime o el Trofeo Scooters Ecuador, me pondría primero en la lista con un grupo de amigos que tenemos el Team All in One Ecuador. Y si se abren las categorías 200 ó 300 cc trataría de ver la forma de adquirir una moto para participar”.


Preguntado sobre si las carreras de baja cilindrada pueden ser una opción valedera para reactivar y mantener al motociclismo de velocidad, en época de pandemia, César Villamagua señala “claro que sí”. Pero va más allá… “Yo he hablado con Antonio Torres, presidente de la FEM, y ellos están dispuestos a apoyar el campeonato de baja cilindrada; aunque el ideal es hacer un certamen con todas las categorías, incluidas las grandes. La idea es un solo campeonato que se divida en diferentes escenarios de acuerdo a las cilindradas y una final grande en Yahuarcocha”.


Lo cierto es que “es una necesidad urgente que vuelva a haber un Campeonato Nacional. Esto obviamente tiene que venir de la mano con la FEM, que debe impulsar un torneo así.

Hay una buena cantidad de pilotos en alta, media y baja cilindrada que podrían participar, pero no tienen un campeonato donde explotar sus condiciones”, de acuerdo a Villamagua que también está consciente que por el momento, debido a la situación actual del país, no es posible.

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